EL ALCOHOL: LA DROGA QUE MATA MÁS A LOS JÓVENES
- Raúl López Deantes/Moneda y Finanzas
- 17 abr 2018
- 2 Min. de lectura

Mientras somos la séptima economía que más consume por habitante alcohol, de manera desenfrenada , dejamos atrás al Reino Unido, y a Japón pronto lo alcanzaremos en 2020; las películas de charros en la cantina nos hicieron fama de alegres ante el mundo, pero también de bebedores de alcohol; quienes nos gobiernan no han entendido, que la droga que más mata a los adolescentes en nuestro Estado, no es la cocaína, ni la marihuana, ni las drogas sintéticas como el “éxtasis”, sino el alcohol, que aunque no está catalogado como droga, es mucho más mortífera.
El alcohol desencadena accidentes, homicidios, hijos no deseados, violencia y deterioro de la familia. Los adolescentes se toman su primera copa a edades muy tempranas como los 13-14 años, piensan que tomando dejarán de ser niños, porque socialmente está admitido el consumo del alcohol y ellos mismos lo consumen; Curiosamente, el número de chicas que ingiere alcohol es superior al de los chicos; en cambio, estos beben más cantidad.
El 71% de los jóvenes entre 13 y 18 años lo han probado; 6 de cada 10 se han emborrachado alguna vez y 1 de cada 3 adolescentes que me leen han consumido alcohol en los últimos 30 días. Recordemos, además, que es ilegal consumirlo antes de los 18 años.
Sin embargo, todo el mundo sabe que si un joven menor de edad desea beber alcohol, consigue hacerlo por mucho que esté prohibido su consumo. De hecho, los jóvenes se reúnen en la calle y obtienen sin dificultad bebidas alcohólicas. Es más, la mitad de los adolescentes tabasqueños no cree que tomar 4 o 5 copas durante los fines de semana puedan ocasionar problemas de salud.
La venta de bebidas ilegales como whisky, brandy, tequila y mezcal, está acabando a los adolescentes; superan los 20,670 millones de pesos, mientras que el gobierno federal recauda sólo 6,000 de los 16,333 millones de pesos que debería captar al año; en la actualidad el alcohol está muy presente en las relaciones sociales de los jóvenes.
No hay restaurantes multados por vender alcohol a menores, no hay clausuras, no hay padres de familia sancionados por permitir alcohol en las fiestas de sus hijos menores; no hay licencias de alcoholes revocadas, la gente vende alcohol en casas sin permiso, no hay decomisos y destrucción de alcohol adulterado; falta más la presencia de protección en favor de los adolescentes; la edad de 18 años es un mito, muchos cuando llegan, ya son alcohólicos. Despertemos con una campaña seria contra el alcohol.
Comentarios