Violencia de los ricos
- Raúl López Deantes/Moneda y Finanzas
- 12 jun 2018
- 2 Min. de lectura

Michel y Monique Pinçon- Charlot, son dos sociologos que escribieron un libro que habla de la violencia de los ricos en Europa, pero que bien podría ser México el mismo escenario: la primer forma de violencia económica de nuestro sistema comienza con el desempleo, ya que los trabajadores no son para ellos seres humanos que sienten, que tienen familia, que tienen sueños en su futuro, sino solo son un costo, una cifra de la nómina, los tratan como desechos humanos, ya que al retirar la inversión pública de Pemex en nuestra región sabían que iban a despedir a miles de obreros, sin seguro de desempleo, sin apoyos económicos, sin seguridad social, simplemente los hicieron a un lado, en un escenario de violencia, de muerte, orillándolos a vivir en zonas muy marginadas, eso lo provocó la Reforma energética, aquí los trabajadores no son nada frente al Estado, pero ahora los llaman a votar por quienes los despidieron.
la segunda forma de violencia económica es la guerra de clases dominantes, por una parte, la clase rica que domina, que aprovecha las "palancas" y los amigos para obtener privilegios sociales, políticos, financieros, de los medios de comunicación o el arte, la literatura, la pintura, etcetera; es una clase que se moviliza para mantenerse en el poder, nada queda al azar, es el sistema capitalista que está a la defensa de sus intereses, de lo que llaman "pueblo."
Desde el sexenio pasado hasta hoy la deuda del Estado es tan grande que nos hace vulnerables a todos, transformando mucha de esa deuda privada de los bancos en pública, pidiendo al "pueblo" financiarla, destruyendo sus servicios públicos, su seguridad social con los servicios de salud, pidiendonos que nos apretemos el cinturon, que aguantemos los planes de auteridad, pero fueron ellos los que provocaron todo esto.
Estamos en presencia de una guerra phicológica y económica, pero cómo explicar que no haya rebeliones, ni revoluciones, la clave está que somos una fábrica de impotencia, ya que el consumo, domina a la gente, por ejemplo:el ultimo telefono de moda, o la camisa de lujo, nos hacen ser corderos sin reparo, convirtiendonos en un pueblo paralizado individualmente, aturdidos, e impotentes a la hora de rebelarse; la elección que votaremos en unas semanas, no es una elección de candidatos, sino una elección de sistema económico agotado que nos hace más desiguales cada día.
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