AUSTERIDAD VS SERVICIOS PÚBLICOS DE PRIMERA

La ciudadanía espera mucho de este nuevo gobierno, para que acabe con fueros (donde la clase política se escuda para no responder a las autoridades frente a un delito) y todo exceso de camionetas blindadas, escoltas, no más vehículos nuevos, ni choferes, ni secretarios privados y particulares, bonos o compensaciones que no pagan impuestos, seguros médicos privados, ahora que vayan al ISSSTE, IMSS o ISSET, para que vean lo que se siente el cuarto mundo en un hospital; se terminaron los viáticos injustificados al extranjero, cero aeronaves rentadas, celulares, Ipads y cientos de privilegios de la alta burocracia que han hecho que los más preparados en universidades de Estados unidos y Europa nos hayan empobrecido como pueblo, mientras ellos gozaron su vida en la burocracia, ahora bien, nadie en su cabal juicio estaría en contra de estas medidas, por muy opositor que sea al nuevo gobierno que vendrá en unos meses, al contrario bienvenidas.

Sin embargo, no hay una sola medida todavía que haya escuchado la ciudadanía, los consumidores y quienes recibimos los servicios públicos sobre la crisis que enfrenta esta burocracia que no le rinde cuentas a nadie, que realiza muy mal los servicios de salud por falta de medicamentos, por falta de plazas de enfermeras, de médicos bien pagados para que nos atiendan los titulares y no los pasantes los fines de semana, que nos llegue el agua potable a las casas certificada por un organismo autónomo que esté libre de bacterias y que sirve hasta para ingerir en el cuerpo humano; que cuando recurren los ciudadanos a los policías, lo hagamos sin temor, para que nos cuiden y no para extorsionarnos por el nivel de sueldo tan bajo que tienen y que ahora si les den sus balas, porque muchas veces ellos tienen que comprarlas porque no les dan.

Que los empleadores estemos sin la zozobra de la inseguridad, que los trabajadores cuando cobren su dinero en el banco no se lo quiten afuera de la sucursal y que metan en cintura a los bancos, para que den seguridad a sus cuentahabientes, es decir, en cualquier parte de la Administración pública federal o estatal, llámese educación, salud, desarrollo, sistema penitenciario, comunicaciones y transportes, cultura o deportes, en cualquiera el barco se está hundiendo, por eso se tiene que profesionalizar a quienes dan servicios públicos, es urgente que estas medidas de austeridad vengan acompañadas de un cambio profundo para tener servicios públicos de calidad, como espera la ciudadanía desde hace décadas.

La ciudadanía espera mucho de este nuevo gobierno, para que acabe con fueros (donde la clase política se escuda para no responder a las autoridades frente a un delito) y todo exceso de camionetas blindadas, escoltas, no más vehículos nuevos, ni choferes, ni secretarios privados y particulares, bonos o compensaciones que no pagan impuestos, seguros médicos privados, ahora que vayan al ISSSTE, IMSS o ISSET, para que vean lo que se siente el cuarto mundo en un hospital; se terminaron los viáticos injustificados al extranjero, cero aeronaves rentadas, celulares, Ipads y cientos de privilegios de la alta burocracia que han hecho que los más preparados en universidades de Estados unidos y Europa nos hayan empobrecido como pueblo, mientras ellos gozaron su vida en la burocracia, ahora bien, nadie en su cabal juicio estaría en contra de estas medidas, por muy opositor que sea al nuevo gobierno que vendrá en unos meses, al contrario bienvenidas; sin embargo, no hay una sola medida todavía que haya escuchado la ciudadanía, los consumidores y quienes recibimos los servicios públicos sobre la crisis que enfrenta esta burocracia que no le rinde cuentas a nadie.

Esta burocracia que ofrece muy mal los servicios de salud por falta de medicamentos, por falta de plazas de enfermeras, de médicos bien pagados para que nos atiendan los titulares y no los pasantes los fines de semana, que nos llegue el agua potable a las casas certificada por un organismo autónomo que esté libre de bacterias y que sirve hasta para ingerir en el cuerpo humano; que cuando recurren los ciudadanos a los policías, lo hagamos sin temor, para que nos cuiden y no para extorsionarnos por el nivel de sueldo tan bajo que tienen y que ahora si les den sus balas, porque muchas veces ellos tienen que comprarlas porque no les dan; que los empleadores estemos sin la zozobra de la inseguridad, que los trabajadores cuando cobren su dinero en el banco no se lo quiten afuera de la sucursal y que metan en cintura a los bancos, para que den seguridad a sus cuentahabientes, es decir, en cualquier parte de la Administración pública federal o estatal, llámese educación, salud, desarrollo, sistema penitenciario, comunicaciones y transportes, cultura o deportes, en cualquiera el barco se está hundiendo, por eso se tiene que profesionalizar a quienes dan servicios públicos, es urgente que estas medidas de austeridad vengan acompañadas de un cambio profundo para tener servicios públicos de calidad, como espera la ciudadanía desde hace décadas.