REFORMA LABORAL CONTRA LA INFORMALIDAD
- Raúl López Deantes/Moneda y Finanzas
- 22 ene 2019
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Han pasado varios años y la reforma laboral sigue en espera de concretarse, más por un problema de presupuesto que de voluntad política o jurídica; hay más de 57 iniciativas en materia laboral que se presentaron desde julio del 2018, pero solo 34 han sido dictaminadas; a diferencia de otras reformas, el Gobierno se juega mucho más que desaparecer las juntas de conciliación y dar paso a los tribunales laborales o que salgan del poder ejecutivo y ahora las controle el poder judicial o que y no se llamen laudos las resoluciones que esperan los trabajadores sino sentencias, no, el Gobierno federal se juega la recaudación fiscal de sus impuestos y se lo explico de esta forma: usted y yo sabemos que la economía informal cada día crece como la espuma, porque muchos patrones no quieren pagar impuestos, ni tampoco quieren saber nada del IMSS o Infonavit, tampoco quieren meterse en el rollo de las deducciones con facturas y la ley de lavado de dinero, ellos lo que quieren es trabajar y ganar dinero, sin embargo, el Gobierno sabe que de sus 75 millones de contribuyentes, el 85 por ciento de ellos son asalariados y de ahí obtiene sus impuestos del producto de su trabajo, pero sabe que tiene que empezar a dar reglas más claras y sencillas para que no se vuelvan informales, sino formales para poder obtener sus impuestos. Ahora para revisar a las empresas basta el buzón tributario y el internet, bueno y un poco de invitaciones (amenazas) para que los contribuyentes se corrijan y paguen en un tiempo muy breve al SAT, es decir, ya no necesita un ejército para auditar y obligar a pagar los impuestos y se dio cuenta que los tiene cautivos. Solo necesita reglas claras para la contratación de personal, que las outsourcing ya no puedan compensar impuestos como en el 2018 para que le dejen de pagar, va por un marco más equitativo para que se haga la contratación de personal pero pagando impuestos, no evadiendo; necesita la democracia sindical para que haya otros sindicatos activos y les generen actividades nuevas y se hagan competencia entre ellos. También que puedan trabajar desde casa pero que haya relaciones laborales formales, que se flexibilicen los horarios de trabajo para no despedir a trabajadores y no se acabe la fuente de trabajo; que estén cubiertos los trabajadores domésticos, que en lo Estados de la República haya un centro de conciliación laboral para que no sea todo demandas y pérdida de tiempo, sino que lleguen a un acuerdo; que los Estados del Sur, donde hay más informalidad, empiecen a abandonar estos esquemas o la terciarización que no paga nada de impuestos o seguridad social dejando a millones de trabajadores sin prestaciones; ojalá que esta reforma no sea llamarada de petate y actualice las relaciones laborales como en cualquier parte del mundo.
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